Orion Pictures

Hannibal: La historia real que inspiró la película de Anthony Hopkins

facebook

twitter

whatsapp

Email

El legendario personaje está basado en un doctor mexicano

Terror psicológico, suspenso, y una de las mejores construcciones de personaje es un poco de lo que nos ha regalado El Silencio de los Inocentes (1991), que puedes ver en Prime Video, y que inmortalizó a Anthony Hopkins como el elegante pero sádico, caníbal y manipulador Hannibal Lecter.

En la cinta de Jonathan Damme, la agente Clarice Starling (Jodie Foster) interrogará al temible Hannibal Lecter para lograr atrapar a otro asesino, “Buffalo Bill”. La cinta está basada en la novela de Thomas Harris de 1988 como secuela de la obra El Dragón Rojo (1981).

Pero ¿está basado Hannibal Lecter en un personaje real?

La respuesta es que sí, y de hecho, era un cirujano mexicano, llamado Alfredo Ballí Treviño, y la historia comenzó cuando el joven periodista Thomas Harris, y autor de las novelas viajó a la prisión de Topo Chico en Nuevo León para entrevistar a otro asesino, Dykes Askew Simmons.

El recluso había intentado escapar de la prisión, pero fue traicionado por un guardia que le disparó, y quien le salvó la vida dentro de las rejas fue ni más ni menos que Treviño.

Esto llamó mucho la atención de Harris, quien lo entrevistó sin saber que años después, se convertiría en la inspiración que dio vida al personaje de su novela El Silencio de los Inocentes, de 1988, y que daría pie a la adaptación de la cinta protagonizada por Anthony Hopkins. Eso sí, en el 2013, y con el motivo de aniversario de los 25 años de la cinta, Harris reveló que su personaje se basaba en la vida de Treviño, a quien apodó como “Dr. Salazar” para proteger su identidad, y por seguridad, pues el hombre aún seguía con vida.

¿Quién fue Alfredo Ballí Treviño?

El médico cirujano entró a prisión por haber asesinado a su pareja, Jesús Castillo Rangel a quien sedó, dejó desangrar, cortó su cuerpo y metió los pedazos en una pequeña caja de cartón.

Se cree que el hombre pudo haber sido responsable de varios asesinatos de hombres cuyos cadáveres aparecieron en carreteras cerca de Monterrey, pero esto nunca pudo ser constatado por las autoridades.

Harris lo describió siempre como un hombre elegante y escurridizo, y comenta que mantuvieron charlas sobre sobre la naturaleza de la tortura.

A pesar de haber sido condenado a pena de muerte, tras pasar 20 años en la cárcel su abogado logró que lo liberaran en el año 2000 y fue el último mexicano condenado a pena de muerte.

De ese año hasta su muerte en el 2009, vivió en Monterrey atendiendo a gente de escasos recursos, y cuando un periodista lo entrevistó en el 2008, comentó que no quería hablar de su oscuro pasado y que