Así crearon la sangre falsa en tus películas de terror favoritas
Seguro te has preguntado cómo ha evolucionado este efecto en la historia del cine
Desde muy pequeños, cuando nos damos cuenta de que el cine proyecta la ficción, y no la realidad; nos hemos preguntado cómo es que las producciones han logrado hacer ver tan verosímil las escenas de sangre, y la verdad es que la manera de recrear el líquido que corre por nuestras venas ha cambiado mucho a lo largo de los años.
Cine negro
Al inicio de la historia de los largometrajes, podía usarse un líquido espeso y oscuro que podría asemejar a la sangre, por ejemplo, para Psicosis (1960), Alfred Hitchcok utilizó jarabe de chocolate Shasta, que en esa época, era casi tan común como la marca Hershey`s.
El Código Hays
Todo cambió en 1930, cuando la Asociación de Productores Cinematográficos de Estados Unidos (MPAA) prohibió filmar escenas de sexo y samgre, así que hasta 1968 que estuvo en vigor esta consigna -y antes de la llegada del cine a color-, los directores tuvieron que ingeniárselas para relatar historias impactantes sin mostrar de más y utilizando únicamente el ingenio como lo hizo Hitchcok. Algunas cintas como Adiós a las Armas (1932) fueron recortadas de su versión original.
La llegada del technicolor
Cuando llegó el cine a color, fue un alivio para los directores de cine, pues ahora podían mostrar en pantalla un líquido rojo, más parecido a la realidad. Pero había mucho que mejorar aún, pues se utilizaban recetas con tintura en donde el rojo resultaba demasiado luminoso y brillante, como por ejemplo en La Maldición de Frankenstein (1957) o en Pierrot el Loco (1965), de Jean-Luc Godard.
La fórmula Smith
Las cosas tomarían un mejor color -literalmente-, con la llegada de Dick Smith, un artista de efectos especiales de maquillaje en la década de los setenta, que dio con una fórmula tan verosímil, que los censores pidieron una revisión de las producciones, pues resultaban muy perturbadoras. Ante esto, Martin Scorsese resolvió únicamente aplicando un filtro color sepia.
Algunas de las cintas que usaron esta famosa técnica fueron El Padrino (1972), El Exorcista (1973) o Taxi Driver (1976) y la fórmula, por si quieres replicarla, es la siguiente: 25 ml de jarabe de maíz blanco, 1 centímetro cúbico de metilparabeno, 60 g de colorante rojo comestible, 60 g de solución humectadora Kodak Photoflo, la misma cantidad de agua y finalmente, un par de gotas de colorante amarillo comestible, hasta que encuentres el color adecuado.
CGI
En la actualidad, la tecnología de los VFX permiten hacer sangre digital muy verosímil y en enormes cantidades ¿alguien dijo Carrie (2013)? lo cual resulta más limpio, más práctico, y ofrece una cantidad enorme de soluciones creativas para llevar la magia del cine al siguiente nivel.